No permitas nunca que te disminuyan ni saboteen tu proceso
No permitas nunca que te disminuyan... hace un tiempo hice una ceremonia de ayahuasca, ya he hecho varias, pero esta última fue sin duda la más intensa y la más sanadora. Para mi la ayahuasca ha sido un antes y un después en mi vida, en este camino de sanar el universo me trajo esta medicina ancestral que ha sido maravillosa para mi. Pues volviendo al tema menciono esta experiencia porque tenía una supuesta amiga que sabía que yo iba a participar de esta ceremonia, unos días después del proceso, esta amiga me pregunta como me fue y yo pequé de ingenua, y le conté la experiencia que viví porque para mi fue maravillosa, reveladora y sobre todo sanadora y luego de escucharme, su comentario fue: "Yo no puedo perder el control de esa manera" y ciertamente me chocó su expresión, la primera emoción que sentí fue coraje, sin embargo respiré profundo y le contesté: "Pues parece que no me estabas escuchando porque nunca en mi vida me he sentido más en control y segura de lo que estoy haciendo, porque estoy sanando, estoy viviendo mi momento presente y porque lo más valiente que puede hacer una persona es bregar consigo misma y eso es lo que estoy haciendo". En otro momento de mi vida, no hubiera contestado nada y probablemente hubiera permitido que ese tipo de comentario saboteara mi proceso de sanación. Así las cosas, confieso que fue la última vez que le conté algo porque me alejé de ella. Otra experiencia que tuve con esta misma persona, es que cuando íbamos a la playa juntas, se ponía a criticar mi cuerpo de forma positiva (cuidado, porque la crítica y el juicio se pueden disfrazar de positivismo), diciéndome: Mira tu, con ese cuerpo, después de dos embarazo, no entiendo como luces así". Según ella yo debía tener un cuerpo que reflejara mis dos embarazos y no debía verme tan bien. Me lo dijo en varias ocasiones, hasta que me di cuenta que no era en forma positiva lo que me estaba diciendo porque se estaba comparando conmigo por un lado y por el otro honestamente sentía que había envidia. Hasta que un día le contesté: "Te voy a decir una cosa, si me veo bien a esta edad de 53 años es porque ciertamente un día me miré al espejo y no me gustó como se estaba transformando mi cuerpo y empecé a ir al gimnasio, a comer mejor y hacer cambios en mi estilo de vida, y este es el resultado porque lo he trabajado, una mujer de 53 años que se ve bien en su cuerpo de 53 años, porque lo hice por mi y para mi." Y me di cuenta que ella lo que estaba tratando de hacer era disminuir el esfuerzo, el trabajo que yo estaba haciendo de ir al gym, de comer bien y de cuidarme y no lo podía seguir permitiendo. Muchas veces le ofrecí que viniera al gym conmigo, que le enseñaba lo que me estaba dando resultado, pero solo fue una vez y he aprendido que cuando la persona quiere transformarse, sanar, la motivación es intrínseca, y cuando no quiere no se le puede obligar, pero tampoco rogarle por mucho uno quiera ayudar. Y aunque reconozco que ella al igual que yo esta en un proceso de vida, no podía permitir que siguiera tratando de disminuirme, de criticarme, de juzgarme. Después de una profunda reflexión decidí alejarme y dejar atrás una amistad de más de 20 años, fue doloroso, admito que ha habido momentos que la he extrañado, pero mi paz, mi sanidad son primeros y no necesitaba a alguien a mi lado criticándome, juzgándome y señalando lo que según ella estaba mal en mi, disminuyendo el esfuerzo y trabajo que estaba haciendo en mi misma. Esta experiencia me mostró que me estaba priorizando, que estaba fortaleciendo mi amor propio al decir basta y al pasar el tiempo me di cuenta que aunque doloroso, alejarme fue la mejor decisión que pude haber tomado, tomo lo bueno de lo que fue nuestra amistad y lo demás lo dejo atrás. A veces nos aferramos a personas, cosas, trabajo y no queremos aceptar que nos hacen daño, que nos detienen, nos estancan, pero en el momento que decimos ya no más, comenzamos a sentirnos libres y podemos continuar nuestra evolución.
Comentarios
Publicar un comentario